¿Cuántas veces corregimos a nuestros hijos a lo largo del día?
Tirando por lo bajo, entre unas 15 o 20 veces al día, sale de nuestras bocas la palabra
NO o una frase cuyo contenido es negativo o desaprobante. No corras, no te tires, no te enteras, estas en babia, … Y sólo 1 o 2 veces refuerzos positivos.
La capacidad de crear vínculos afectivos positivos llenos de amor y respeto con nuestros hijos es un ejercicio que requiere de cierta astucia y disposición, la forma como te diriges a tus hijos es clave en su desarrollo emocional y en el establecimiento de relaciones afectivas saludables.
Para conseguir que los niños sean ordenados, estudiosos, alegres, sinceros, responsables, y que sean constantes en lo que sea posible, parece difícil pero no lo es tanto. Se puede motivar a los niños, desde la más temprana edad, a que aprendan y sepan lo que esperamos de ellos y para ellos.
La motivación es lo que más puede colaborar en la tarea de educar a los niños, despertando en ellos una acción positiva en todas las tareas que realizan durante su cotidiano.
Las frases positivas deben ser usadas a menudo. Delante de otras personas aumentan su eficacia; pero, en presencia de hermanos pueden producir celos.
Fomentar la motivación es fundamental para educar a los niños